El cuerpo como camino y como vehículo

Las ventajas de un programa

Después de un buen puñado de años de talleres, sesiones y otras actividades con personas, he llegado a la conclusión de que el trabajo corporal y psicocorporal en sí mismo, a pesar de tener un acompañamiento psicoterapéutico (desde donde yo lo desarrollo), carece de un enfoque más holístico (eu-holístico me gusta nombrarlo para diferenciarlo de toda la parafernalia pseudoholística de la actualidad). Me he dado cuenta de que si bien los procesos psicosomáticos y psiconeuroanatómicos son inteligibles y tratables desde un punto de vista psicoterapéutico (para abreviarlo así), determinada fenomenología más metafísica y/o metacientífica, real y evidenciable, si aparece (que siempre aparece), no tiene resolución ni integración si se deja a las personas huérfanas de un proceso y acompañamiento más completo que les ayude en la digestión e integración "del material emergido y emergente" de una forma provechosa o sin un sobrecoste de energía y esperanza o, desesperación o equivocación.

Esa orfandad o falta de contexto integral del trabajo evolutivo personal, favorece o, directamente provoca, lo que considero un Turismo Terapéutico Involuntario, es decir, ir a la búsqueda inconexa (y no pocas veces egoica) de herramientas prometedoras de ser resolutivas y que, a menudo, se convierten en contraproducentes, sin poder ser valoradas con un criterio profesional (o espiritual por un maestro adecuado), con objetividad y con PERSPECTIVA DE PROCESO PERSONAL EVOLUTIVO. Las personas buscamos, o experimentamos o nos adherimos como sanguijuelas a un recurso o a un enfoque, o a un brillo (algo que deslumbra porque brilla de una determinada manera). A veces se observa incluso un despliegue delusorio de métodos pseudoreligiosos o pseudoespirituales que atraen a la gente con dolor, que acaba desgastada, frustrada o empleada, porque el tiempo le muestra que no existe la solución ansiada. También están los buscadores que desde el ego o la racionalidad y la lógica mental, van buscando y "encontrando" infructuosamente o con pocos aciertos, sin darse cuenta de que, precisamente, son sus propios bloqueos caracteriales y neuróticos (entre otros), normalmente inconscientes, lo que les estimula al turismo terapéutico (que según quién, acaba siendo ya voluntario). Por el contrario, también hay quien cae en una decepción o, al menos, un rechazo, hacia la medicina o terapéutica convencional o científica, por experiencias infaustas, esperanzas insatisfechas, resultados no logrados, engaños, etc., y abandona las ventajas que ese ámbito de acción puede ofrecer.

Cuando hablo de un sistema INTEGRAL, INTEGRATIVO e INTEGRADOR, hago también referencia a considerar una visión global de todo lo que una persona que busca puede necesitar. Es un tema para hablar de largo. Ahora sólo quiero señalar que si a quien busca se le ofrece UN CAMINO sin grandes promesas y que se le mire como persona diferenciada y que PERSONALICE sus necesidades, desaparecen entonces las angustias de la exploración ciega o derrochada.

Todo esto, por un lado, pero además por otro, me he dado cuenta también de que el estudio vivencial o experiencial (la "vivenciación") del carácter psicológico, a pesar de ser algo que ya empieza a ser muy conocido y prostituido actualmente, si no va acompañado de una autoexploración de la relación carácter-cuerpo-psique y las manifestaciones psicosomáticas y conductuales que se generan, también tenemos procesos huérfanos. Y eso, no es nuevo tampoco; pero todavía falta algo más.

Lo que nos falta --para mí una parte trascendental--, es la dimensión psicoespiritual, numinosa o espiritual. En Occidente, especialmente, el materialismo, el cientifismo (que no la ciencia), las escolásticas, la tergiversación o prostitución del tema y también --por qué no decirlo-- los egos, la ignorancia y el miedo, hacen que éste ámbito sea menospreciado, rechazado, malentendido, malversado o corrompido, pervertido y viciado. En definitiva, negado. Sin embargo, la dimensión espiritual forma parte de la condición humana, y no sólo humana, sino universal. Otra cosa es cómo lo entienda cada uno en función de su psicología, educación, tradición religiosa, cultura, inteligencia, personalidad, cosmovisión, cosmogonía y evolución personal. Después de ver muchas cosas, yo, personalmente, reconozco el sufismo com un sistema o marco de acción, real, verdadero y sofisticado para el trabajo que integre la dimensión espiritual, a pesar de los prejuicios y desconocimiento que la sociedad "occidental" tiene al respecto, y a pesar de la desvirtuación, degeneración, malinterpretación y decrepitud que suele imperar.

Tal y como nos adentramos en el conocimiento de este ámbito espiritual de una forma seria e incluso analítica (análisis hasta donde nuestro intelecto llega) descubrimos el peso que tiene en la vida esta dimensión "desconocida" y, por tanto, en la salud, que al fin y al cabo es la razón principal por la que las personas buscan terapia, transformación, evolución y mejora, o al menos, cambios. Considero que, finalmente, la relación carácter-cuerpo-psique-alma es la madeja completa para trabajar sobre sí mismo en el plano físico o material, como manifestación de la propia realidad espiritual. Y es evidente que una persona sola, no puede buscar los recursos y acertar siempre, y no puede desautoboicotearse fácilmente o simplemente no puede. Y por supuesto, no puede gestionar ni modificar nada del plano espiritual porque ni sabe, ni es consciente de todo lo que hay, ni le corresponde; y por eso están los santos vivos como maestros espirituales. Así lo he experimentado yo y veo clarísimamente los beneficios de ofrecer a los participantes un PROGRAMA con un paquete de recursos y unos SISTEMA de trabajo en el plano físico, material, aquí y ahora, y para quien lo desee un marco espiritual, presentarlo a la existencia del sufismo como ámbito de trabajo espiritual que integre el trabajo en el plano material.

Así pues, he llegado a la conclusión final de que para que se optimice la energía, los recursos, el tiempo, el interés y el esfuerzo de una persona que busca mejoras o cambios efectivos y fehacientes de salud o personales, la mejor opción es disponer de un programa que prefiero denominarlo de TRANSFORMACIÓN o de EVOLUCIÓN sobre la base de ir tomando conciencia de lo que no se tiene. Un programa que sea verdaderamente holístico (yo lo llamo eu-holístico para diferenciarlo de lo que no lo es, como lo he señalado más arriba) y, en consecuencia, verdaderamente integral e integrativo. Un sistema de trabajo que le permita a la persona abordar los problemas considerando todas las dimensiones posibles cuando proceda y que le dé herramientas para entenderse y avanzar. Un método, una guía, un hilo conductor y vertebrador, un entorno seguro que marque objetivos, compromiso y aporte perspectiva, porque así la persona tiene un "camino" que seguir y despreocuparse de hacer turismo terapéutico. La persona tiene técnicas, métodos, y un SISTEMA DE TRABAJO, ACOMPAÑAMIENTO y/o ASESORAMIENTO que le permite entregarse a su proceso y disponer de asistencia para buscar o integrar otros recursos disponibles fuera del programa si fuera necesario. En realidad un PROGRAMA DE APRENDIZAJE SOBRE UNO MISMO. En el sufismo decimos: ¡Conócete a ti mismo y conocerás a tu señor!

Un programa permite, pues, fijarse unos objetivos a corto y largo plazo, dando consistencia al compromiso de uno mismo y avanzar tanto en la obtención de resultados como en su digestión e integración; al fin y al cabo, la persona lo que ansía es obtener resultados de cambio y mejora.Introduce un texto aquí...

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